viernes, 11 de septiembre de 2009

Ramadán y Lailatul Qadr


 Ramadán
Cuando llega la primera noche del ramadán todas las puertas del paraíso, sin excepción alguna, son abiertas, todas las puertas del infierno, sin excepción alguna, son cerradas, todos los demonios son encadenados, y todas las noches cuando se hace el siguiente llamado: ¡ Oh, tú que deseas hacer el bien! Adelante!, Oh, tú que deseas hacer el mal! Detente! Y  Allah libera a un grupo de gente del infierno.
Quien ayune el mes de Ramadán con fe y anhelando la recompensa de Allah le serán perdonadas todas sus faltas anteriores. Quien rece durante las noches del mes de Ramadán con fe y anhelando la recompensa de Allah le serán perdonadas todas sus faltas anteriores. Quien se dedique a la adoración durante la noche del Decreto con fe y anhelando la recompensa de Allah le serán perdonadas todas sus faltas anteriores.
Lailatul Qadr (noche del decreto)
Entre las noches de Ramadán se encuentra una llamada "Lailatul Qadr", la cual es destacada por sus grandes bendiciones. El Corán Al Karim la describe como una noche que posee más bendiciones y virtudes espirituales que mil meses.
Aquí se hace referencia al hecho de que durante esta noche tan especial, el Corán fue hecho descender desde "Al Lauhul Mahfúdh" (la Tabla Protegida).Por el sólo hecho de que el Corán haya descendido en esta noche, es razón suficiente que explica su excelencia, sin necesidad de mencionar otras bendiciones y virtudes que trae consigo.
Acerca de esta noche, en un hadith narrado por unas (radialláhu 'anhu) en Ad-Durrul Manthúr, Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Lailatul Qadr fue concedida a mi Ummah y a ninguna otra Ummah anterior". Respecto a las razones para haber recibido el regalo de Lailatul Qadr, se mencionan varias, una de ellas es que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) solía mirar la gran longevidad de hombres en la antigüedad, y se afligía al pensar en la corta vida de los miembros de su Ummah, ya que debido a esto sería imposible competir con los primeros en la cantidad de buenas obras. Para compensarlos por la duración menor de sus vidas, Alláh Ta'álá por Su Infinita Misericordia les concedió esta noche de tantas bendiciones. Esto quiere decir que si algún afortunado de entre los miembros de la Ummah de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) se encuentra con esta noche, adorando a su Creador, en diez oportunidades de su vida, será su recompensa equivalente a ochocientos treinta años y más de 'ibádah. También se ha reportado que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) en cierta ocasión narró a sus sahábah acerca de un hombre de Bani Isráil que estuvo en el yihád durante mil meses. Al oír esto, los sahábah sintieron envidia de este hombre ya que nunca podrían obtener un recompensa como la de él, por ello Alláh Ta'álá les regaló Lailatul Qadr como recompensa

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